José Martí

Pin It

Articulo publicado en el blog El canario Amarillo el 25 de enero, 2013.


José Martí

Quien es ese hombre al que rendimos tributo en el 160 aniversario de su natalicio?

Por Sergio Medina

Se le rinde tributo a quien siendo un niño de nueve años, en 1882, en viaje a Hanábana, Matanzas, mientras disfrutaba de la naturaleza quedó horrorizado al ver los maltratos que recibían hombres cuyo único delito era el no haber nacido libres y tener negro el color de su piel.

Fue tal la impresión que le causo el horror al observar al ver un esclavo muerto, colgado de un seíbo muchos años después en 1881 en sus “ Versos Sencillos” nos dice “Un niño lo vio: tembló de pasión por los que gimen: y , al pie del muerto juró lavar con su sangre el crimen!”
Quien siendo un adolescente de apenas 16 años, narra en su poema dramático “Abdala” la disposición y entrega de un joven héroe dispuesto a entregar su sangre y vida por echar de su patria al tirano invasor .

Rendimos tributo al quien con solo 17 años es sancionado a 6 años de prisión, acusado por las autoridades de la metrópoli española de infidente y fue destinado a las canteras de San Lázaro, en La Habana, llevando consigo los grilletes en las piernas y que en esas mismas canteras sufrió de ira e impotencia al ver como eran golpeado hasta la muerte ancianos como Nicolás del Castillo y los niños Lino Figueredo y el negro Tomas de 11 años, todos acusados también de infidencias y condenados a vivir en aquel infierno que ni el propio Dante imagino en su “Divina Comedia”.

Se recuerda a quien sufrió desde temprano los rigores del exilio y aprovechó como nadie su peregrinaje por España primero y luego por los Estados Unidos y América Latina, para estudiar, unir voluntades y a todos los cubanos dignos y desprendidos que estuvieran dispuestos luchar por la causa suprema de una Cuba libre.

Es quien en 1882 escribe a esos dos gigantes de la historia patria, el Generalísimo Máximo Gómez y el Mayor General, Antonio Maceo y los convoca a unirse a la guerra necesaria y rápida que el organizaba.

Se tributa al hombre que con su verbo claro y firme enfrentó las calumnias que contra los cubanos publicó primero el periódico norteamericano “The Manufacturer de Filadelfia, el 16 de marzo de 1889 y reitero “The Evening Post”, de Nueva York, el 21 de marzo de ese mismo año y donde se calificaba a los cubanos de un pueblo de vagabundos míseros o pigmeos inmorales, incapacitados, perezosos, falta de fuerza viril y un pueblo de afeminados.

Indignado por tan racista , prepotente e inaceptable valoración que los poderosos del norte tenían de los cubanos, publica el 23 de marzo de 1889 en el “The Evening Post” su memorable “Vindicación de Cuba”, donde además de reafirmar que “ningún cubano con decoro desea ver a su pueblo anexado a otro que le niega su capacidad, insulta su virtud y desprecia su carácter, al tiempo que resalta como nadie los valores de los cubanos que se destacan por ser emprendedores, valientes y decididos luchadores por la libertad.

Es quien al referirse a la reunión que convocó el gobierno norteamericano en Washington, a iniciarse en noviembre de 1889 , expresó que “jamás hubo en América de la independencia acá, asunto que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso que el convite que los Estados Unidos potentes, repletos de productos invendibles, y determinados a extender sus dominios en América, hacen de las naciones americanas de menor poder”.

Y quien alerta con su verbo inconfundible que “de la tiranía de España supo salvarse la América española y ahora, después de ver con ojos judiciales los antecedentes, causas y factores del convite, urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para América española la hora de declarar su segunda independencia”.

“Viví en el monstruo y el conozco las entrañas”, escribió un día antes de su muerte, pero ya en 1891 en su ensayo “Nuestra América” refiriéndose al norte revuelto y brutal que nos desprecia nos advierte “El tigre, espantado del fogonazo, vuelve de noche al lugar de la presa, muere echando llamas por los ojos y con las zarpas al aire. No se le oye venir, sino que viene con zarpas de terciopelo. Cuando la presa despierta, tiene el tigre encima”.

Recordamos al hombre que fundó el Partido Revolucionario Cubano, proclamado por la emigración cubana y puertorriqueña el 10 de abril de 1892 y cuyo primer artículo señala que el Partido Revolucionario Cubano se constituye con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad que estén dispuestos a luchar por la independencia de Cuba y ayudar y auxiliar la de Puerto Rico.

Es quien puso su locuaz verbo, verso y prosa a resaltar en todo momento la belleza de la mujer y sus virtudes y quien escribió que “los niños son la esperanza del mundo” y “los que saben querer” y nos dejó para niños, jóvenes y adultos , en esa maravillosa obra que es “La Edad de Oro” consejos e ideas instructivas que sirven para hacernos felices y cultos y para que se prepararnos y seamos hombres de bien en el futuro.

Admiramos al hombre que poseía una cultura universal poco común y solo presente en los genios que llegan a conocer con profundidad inaudita todas las facetas del saber humano, desde las milenarias culturas Egipcias, Anamitas, Mayas o Incas, hasta los pintores rusos, húngaros o escultores franceses y escritores alemanes, ingleses o norteamericanos.

Quien representó como diplomático a numerosos países de Nuestra América y siempre defendió como propios los intereses de eso pueblos y que abogó por una América Latina , del Bravo a la Patagonia, unida y fuerte y destacó como nadie los valores de esos pueblos de negros, blancos, mulatos e indios y que nos alerta en su ensayo Nuestra América “Los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”.

Recordamos a quien sintió admiración por los héroes y padres de toda América y lo refleja con especial pasión y belleza cuando ,como el viajero de su “Edad de Oro” llega a Caracas y “sin sacudirse el polvo del camino no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino como se iba a donde estaba la estatua de Bolívar. Ya que todos los americanos deben querer a Bolívar como un padre, a Bolívar y a todos los que lucharon como el porque la América fuera del hombre americano”.

Quien hizo de su pensamiento “honrar honra”, parte de su vida y destacó como nadie los valores de los hombres que hicieron grande la patria y nos enseñaron a quererla y a pensar, como Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Antonio Saco, Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Antonio Maceo o ese internacionalista dominicano-cubano, Máximo Gómez, entre otros.

Homenajeamos a quien un día antes de su muerte, el 18 de mayo de 1895, en carta inconclusa a su amigo mexicano Manuel Mercado , le dice que “estaba todos los días en peligro de dar su vida por su país y su deber, puesto que lo entiendo y tengo ánimos para realizarlo, de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América”.

Es quien junto con poseer virtudes excepcionales, dotes y conocimientos extraordinarios, era un hombre alcanzable por nosotros, ligado como pocos a los pobres, a los tabacaleros, a los niños, que sentía , amaba y sufría como cualquier hombre.

Tributamos a quien con su muerte en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895, no hizo más que demostrar , a pesar de quienes se oponían a que estuviera en la primera fila en el combate, que “el deber de un hombre está allí donde es más útil” y predicó con su ejemplo y su propia vida lo que demandaba para el resto de los cubanos.

Se habla de quien Carlos Baliño , su compañero en la fundación del Partido Revolucionario Cubano, no dejó que muriera después de su caída en Dos Ríos y lo prueba al fundar en 1925 , junto a Julio Antonio Mella, otro joven enteramente martiano, el Primer Partido Comunista de Cuba. Ese mismo Mella como homenaje al Apóstol crea la Universidad Popular que llevaría el nombre del insigne cubano.

A quien Rubén Martínez Villena, con su carga para matar bribones, no quería que murieran los sueños de mármol del héroe cubano.

Rendimos tributo a quien jóvenes estudiantes y trabajadores en 1953, con antorchas y banderas y desafiando la represión del régimen tiránico de Batista, recordaron por la Escalinata Universitaria y calles de La Habana, al cumplirse el centenario de su nacimiento.

Recordamos al hombre, que otro joven que lo llevaba en su corazón, nombrado Fidel Castro, en el año del centenario de su natalicio y cuando parecía que el apóstol iba a morir, el 26 de julio de 1953 lo saco de su losa de mármol y a partir de ahí marcharon juntos por la ruta del Moncada, el Granma, la Sierra Maestra y la patria liberada.

Tributamos a quien un pueblo entero nunca dejara morir.

Nos inclinamos ante el poeta, el maestro, ante el peregrino por la unidad de todos los cubanos, ante el apóstol propagador de justas ideas y convicciones, ante el hombre imprescindible del pasado, presente y futuro, ante el hombre cuya vida, al decir de ese gran escritor José Lezama Lima “es un misterio para todos”.

Rendimos homenaje al hombre que estuvo, está y estará por siempre en la mente y el corazón de su pueblo y que es inspiración permanente para todos los cubanos que amamos esta tierra .

Recordamos , al más universal de los cubanos, al hombre sincero que nació en La Habana, en la calle Paula, un 28 de enero de 1853, hace 160 años y que fue inscrito con el nombre de José Julián Martí Pérez.

(Tomado de: El canario Amarillo)

Havanatour

Embajada de Cuba en el Reino Unido

Nación y Emigración